David Román es vegetariano desde hace 24 años y vegano desde hace 16. Miembro activo de la Unión Vegetariana Internacional (IVU) y coautor del libro ‘La dieta ética’, preside la Unión de Vegetarianos de España (UVE), una asociación sin ánimo de lucro en la que convergen otras asociaciones, empresas y personas que se interesan en la promoción del vegetarianismo como un modo de alimentación y de vida. «Las razones para hacerse vegetariano van desde la nutrición y la salud, hasta la ética y la defensa de los derechos de los animales», señala para ilustrar que este colectivo está integrado por «personas muy diferentes» que, sin embargo, encuentran un punto común: la dieta.
¿Existe más de una razón para ser vegetariano?
Sí. La búsqueda de una alimentación saludable es una de ellas, pero no la única, ya que no todas las personas se hacen vegetarianas por las ventajas nutricionales que conlleva. Algunas lo hacen por ética, por motivos medioambientales o por una suma de estos factores. En cualquier caso, los nutricionistas y los expertos en medicina y salud señalan que la dieta vegetariana puede aportar una serie de ventajas para el organismo. Sus beneficios se han demostrado en diversos estudios.
¿Y cómo se conjugan las distintas vertientes en una misma asociación?
En la UVE existen diferentes puntos de vista. Algunas personas son más estrictas que otras. Hay quienes admiten la ingesta de lácteos y huevos, están quienes excluyen todos los alimentos de origen animal de su dieta y, también, quienes prescinden de todos los productos que procedan de animales, aunque no sean para alimentación. Por ello, lo importante para nosotros es centrarnos en aquello que tenemos en común, en promover la unión y el respeto, aunque tengamos posturas diferentes.
¿Hay prejuicios sobre las personas vegetarianas?
Quizá el estereotipo más habitual es el del ‘ecologista hippie’, pero creo que en la sociedad española ya se ha superado. Es cierto que hace quince o veinte años sí se podía encontrar ese perfil, pero en la actualidad, los vegetarianos no respondemos a esa imagen, sino a personas con formación universitaria y un nivel socioeconómico medio-alto. En el colectivo vegetariano es más fácil encontrar gente que cuida su salud y bienestar, o que está comprometida con causas sociales y éticas, que un ‘hippie’. La noción del personaje alternativo se ha quedado como algo anecdótico hoy en día.
¿La sociedad acompaña este cambio?
La sociedad…
Entrevista publicada en Eroski Consumer.
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