La receta del carpaccio es muy simple. Se trata de un plato de carne de ternera (o de buey) cortada en láminas muy finas que se sirve cruda, a modo de aperitivo. La carne se adereza con un hilo de aceite de oliva virgen, zumo de limón (o vinagre), pimienta negra recién molida y unas virutas de queso parmesano. Lo importante es elegir una pieza de carne tierna y de buena calidad -como puede ser un solomillo- y lograr que las láminas sean tan finas como se pueda. El truco para ello, además de utilizar un buen cuchillo, es colocar las láminas sobre una tabla, cubrirlas con papel film y pasarles el rodillo por encima. Pero además de este exquisito carpaccio de carne, podemos hacer de otro tipo. En este artículo describimos siete distintas.
El carpaccio original ha conocido variaciones con el paso de los años, y no solo en el modo de aderezarlo. También el ingrediente base, la carne, se ha sustituido por otros que van desde las gambas, el atún o las setas, hasta el calabacín, el pulpo o las fresas. La palabra carpaccio (carpacho) se ha convertido en sinónimo de la técnica: lonchas finas de alimentos que se sirven casi siempre crudos con el aderezo apropiado, lo justo para realzar su sabor o crear un contrapunto de texturas. Estos son algunos ejemplos:
Artículo publicado en Eroski Consumer.
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