Las bebidas energéticas están incluidas en la encuesta ESTUDES (Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España), un documento que recopila información sobre las tendencias del consumo de drogas y otras adicciones entre los estudiantes de entre 14 y 18 años. El objetivo de este trabajo, que publica el Ministerio de Sanidad, es conocer la situación actual, su evolución y su impacto en las generaciones más jóvenes. Los resultados más recientes, de 2021, muestran que el consumo de estas bebidas se combina con la ingesta de alcohol en el 16,1 % de los casos y que los estudiantes que las toman sacan peores notas de media, repiten más cursos o hacen más pellas que el resto.
Consumo precoz de bebidas energéticas
El imperio de las bebidas energéticas tiene súbditos cada vez más jóvenes. Esto incluye menores de edad y también niños pequeños, y el asunto viene de lejos. Para hacerse una idea del calado del problema, basta con recordar una encuesta publicada en 2013 por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que desvelaba que, en la Unión Europea, uno de cada cinco niños de entre 3 y 10 años toma estas bebidas en cantidades que rondan los dos litros al mes.
Los jóvenes son uno de los grupos de población más expuestos al consumo de bebidas energéticas, también en nuestro país, y los datos más recientes lo corroboran. En la actualidad, el 45 % de los estudiantes de entre 14 y 18 años toma estas bebidas, aunque la prevalencia es mayor en los chicos (50,7 %) que en las chicas (39 %). Así lo desvela la encuesta ESTUDES, que realiza la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas cada dos años y que desde 2014 incluye un módulo sobre bebidas energéticas como una sustancia psicoactiva más.
Artículo publicado en Consumer
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