Alimentación pasional: el jamón no se puede tocar (#hilo)

La alimentación es un terreno más pasional que el fútbol, que la política… e incluso que el sexo. Esto pasa porque todo el mundo, literalmente, tiene una opinión y una experiencia. Gustos y preferencias. Ideas preconcebidas. Recuerdos. Bagaje.

Quizás el fútbol nos da igual. O la política nos provoca hartazgo.

Pero la comida no.

La comida forma parte de nuestra existencia cotidiana. Pensamos en ella a diario. Tomamos decisiones sobre ella cada día durante toda nuestra vida.

Por supuesto, está estrechamente vinculada a la salud (individual y colectiva), pero también es un asunto visceral y muy emocional: engarza con lo que conocemos, con lo que nos recuerda a casa, con lo que nos gusta y nos disgusta… Y con lo que nos gustaría que fuera verdad.

Divulgar sobre alimentación y salud, sobre nutrición, sobre seguridad alimentaria o sobre gastronomía requiere tener esto en cuenta: aunque tú propongas datos, esos datos se encuentran con emociones.

Unas emociones que incluyen el miedo; el temor a perder lo que tenemos, lo que nos gusta y, hasta cierto punto, lo que nos define. No se trata solo del alimento en sí, sino de todas las cosas buenas que el consumo de ese alimento involucra.

Alimentarse es más que nutrirse. Y, en este sentido, un jamón es más que carne de cerdo curada con sal. Puede ser el bocata que te hacía tu abuela, el manjar de una fecha especial, el plato que acompaña una charla con amigos…

Por eso nos cuesta tanto encajar una valoración nutricional negativa sobre ese alimento. Porque, de algún modo, sentimos que se juzga o que peligra todo el resto.

Cualquiera que, como Beatriz Robles, divulgue sobre nutrición tiene clarísimo esto. Siempre se contempla el posible desagrado, el desacuerdo, las preguntas o la mueca. También, cuando el mensaje no es halagüeño, se contempla la desafección y la resistencia. Todo ok.

Ahora bien… una cosa es que nos cueste encajar un postulado y, otra, que no podamos refrenar el insulto y la ira, como pasó cuando afirmó en una entrevista que el jamón no es un alimento saludable. La retahíla de descalificaciones que recibió, además de estar fuera de lugar, fue totalmente desmedida. Se puede dudar, preguntar o hacer oídos sordos, pero de ahí a lanzar insultos hay un trecho inmenso. Y, de verdad, no es de recibo para nadie recorrerlo.

Originally tweeted by Laura Caorsi (@lauracaorsi) on 25/10/2023.

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