Bares con retos de comida o la bestialidad de comerse 6 kilos de hamburguesas en una hora

Comer mucho y hacerlo deprisa, compitiendo con otras personas, forzando la capacidad del estómago y mirando las agujas del reloj. No es la pesadilla de cualquier nutricionista (aunque bien podría), sino un resumen de en qué consisten los retos de comida, unos llamativos desafíos de voracidad gastronómica que tienen su origen en Estados Unidos y que empiezan a popularizarse en España. En el centro de esta moda, la dimensión social del encuentro, la emoción de batirse a duelo y el disfrute de la comida extrema que, por sabor, abundancia o densidad calórica, lleva a los concursantes al límite.

Los retos se caracterizan, sobre todo, por utilizar porciones exageradas de alimentos y bebidas con un perfil nutricional poco saludable. Hamburguesas y pizzas gigantes, perritos calientes cargados de todo tipo de salsas, batidos lácteos con bollería y golosinas, y postres hechos con dulces industriales dominan el panorama, aunque en España también hay desafíos con productos locales, como las croquetas, o de países cercanos, como la bifana de Portugal.

Acabar con 25 croquetas en el menor tiempo posible, ingerir 450 gramos de Magma ardiente (que, dicen sus creadores, es el plato más picante de nuestro país), o pasar de las tradicionales 2.000 kcal por día a las 1.000 kcal por minuto a fuerza de sobaos cántabros son solo tres ejemplos autóctonos. Pero hay más, muchísimos más. Y…

Artículo publicado en El País.

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