A menudo, las dietas de famosos tienen poco fundamento, son caras y difíciles de seguir en la vida cotidiana de una persona cualquiera. Incluyen elementos exóticos, mágicos, lejanos, y unas rutinas que disocian la alimentación saludable del placer.
Djokovic puede centrar su vida en una dieta milimétrica, beber agua tibia con limón y gotas de plata, comer algas o miel cara. Y alguien dirá: «es un crack por lo que come» sin considerar los entrenamientos, aptitudes físicas y otros condicionantes de relevancia, como el dinero.
Por cierto, lo del agua con limón, los batidos detox y el consumo de algas es más vejo que el hilo negro, aunque lo adornen con gotas de plata y lo endulcen con una miel de las antípodas.
Eso, quien se lo pueda permitir, claro. En caso contrario, acabaremos imitando una mala dieta con sucedáneos mediocres. Inútiles en el mejor de los casos.
Si de verdad quieres cuidarte, no busques atajos, singularidades que lo resuelvan todo ni apuestes por cosas raras. Aquí lo explica de maravilla Miguel A. Lurueña 👇
Originally tweeted by Laura Caorsi (@lauracaorsi) on 22/08/2023.
Laura Caorsi 
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