Preparar un zumo de naranja no tiene mucho misterio: basta cortar la fruta por la mitad y pasarla por el exprimidor. Si seguimos esta lógica, comprarlo hecho debería ser más sencillo todavía, pero resulta que no siempre es así. Las frutas se pueden beber de muchas maneras y el zumo tradicional no es la única. Cuando adquirimos el producto preparado, conviene recordar que no todos los líquidos que contienen los envases son iguales. No es lo mismo un zumo de frutas, un zumo a partir de concentrado y un néctar. En este artículo explicamos qué son y cuál es la diferencia entre ellos.
A simple vista pueden parecer lo mismo, pero no lo son. Aunque los envases sean similares en imágenes, en colores o incluso en su texto principal, en su etiqueta deben indicar con claridad qué tipo de producto contienen, porque no son equivalentes. Existen diferencias entre los zumos, los concentrados y otras bebidas afines, cuya definición está detallada por ley. Para descubrirlas, hemos consultado el documento que lo regula: este Real Decreto publicado en 2013 en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Esto es lo que hemos aprendido:
Artículo publicado en Eroski Consumer.
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