El azúcar no es el único responsable de la obesidad, pero si se consume en exceso puede acarrear varios problemas metabólicos severos, incluido el sobrepeso. Así lo explica Andreu Farran-Codina, profesor en la Universidad de Barcelona, docente en el Centro de Enseñanza Superior de Nutrición y Dietética (CESNID) e investigador responsable en Nutrición Aplicada en el Instituto de Investigación en Nutrición y Seguridad Alimentaria (INSA). En opinión de este especialista, los azúcares son imprescindibles para el organismo, aunque existe una gran diferencia entre obtener la glucosa del azúcar refinado y hacerlo a través de alimentos que los contienen en su almidón.
¿El azúcar es perjudicial?
En realidad, tendríamos que hablar de “azúcares” y no de “azúcar”, pues existen diferentes tipos que son absorbidos y procesados por nuestro organismo de forma también diferente. La glucosa es el más importante y el que tiene más presencia en nuestra alimentación. El azúcar será perjudicial si se consume en exceso, pero podemos decir lo mismo de las proteínas, las grasas, la vitamina A o el calcio. Cada nutriente puede generar problemas si se consume en cantidades excesivas.
¿Cuáles son los problemas específicos de los azúcares en exceso?
A nuestro organismo no le gustan los cambios bruscos; prefiere los cambios suaves, que le resultan más fáciles de controlar. Una ingesta alta de azúcares puede comportar una elevación brusca de los niveles de azúcares en sangre, lo que acarrea una serie de inconvenientes. Para evitarlos, nuestro cuerpo segrega altas cantidades de insulina, que permite disminuir esos niveles y regresar a la normalidad. Si este cuadro se produce ocasionalmente, no tiene más consecuencias. En Navidad podemos comer turrones, mazapanes y bombones sin sentirnos culpables. Pero si esta situación se repite día a día puede generar, pasado un tiempo considerable, problemas metabólicos severos capaces de producir enfermedades crónicas, como la diabetes, entre otros.
¿Qué papel desempeñan los azúcares en el aumento de peso?
El consumo alto de azúcares está asociado, habitualmente, a un consumo excesivo de calorías. Esto ocurre porque a menudo los azúcares se hallan en alimentos “superfluos”, como las bebidas refrescantes, la confitería o la pastelería. Estos alimentos, placenteros, pueden estar en una dieta equilibrada en las cantidades adecuadas. El problema viene cuando se consumen de manera abundante. En estos casos, habrá un exceso de consumo de energía que, inevitablemente, se almacenará en nuestro mejor depósito: el tejido graso. Si esta acumulación de grasa es continuada puede llegar a desembocar en sobrepeso y obesidad.
¿El azúcar es responsable de la obesidad?
Es incorrecto atribuir al consumo excesivo de azúcar toda la responsabilidad del…
Entrevista publicada en Eroski Consumer.
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