El Ministerio de Sanidad y casi 400 empresas de la industria alimentaria han llegado a un acuerdo: reducir las cantidades de azúcar, grasas saturadas y sal presentes en los diversos alimentos que fabrican. El convenio se enmarca en la estrategia NAOS, un proyecto que nació hace 14 años y cuyo propósito es disminuir los índices de obesidad de nuestra población mediante el fomento de una alimentación saludable y de la práctica de la actividad física. Un objetivo que, a juzgar por las cifras actuales, hasta la fecha no se ha alcanzado.
Según los datos del propio ministerio, el 54 % de la población adulta española tiene sobrepeso y el 17 % padece obesidad. Y los niños no son la excepción: con unas tasas del 40 % de sobrepeso y del 18 % de obesidad, encabezan (junto con Chipre) el ranking de Europa. Este es el contexto en el que surge el «Plan de colaboración para la mejora de la composición de los alimentos y bebidas y otras medidas 2020». A continuación explicaremos qué cambiará en realidad con esta iniciativa.
¿Qué cambiará con el acuerdo?
El acuerdo, que se ratificó este martes con la publicación de un extenso documento y cuyos convenios aparecerán reflejados en el Boletín Oficial del Estado (BOE) en los próximos días, prevé una medida central: disminuir la presencia de azúcares, grasas saturadas y sal en las bebidas y los alimentos procesados. Esta reducción se expresa en porcentajes y varía según el nutriente y el tipo de producto al que se aplica. Por ejemplo, se quitará un 10 % de azúcar a los néctares de fruta, mientras que se eliminará un 5 % de grasas saturadas a las galletas y un 13,8 % de sal a las patatas fritas.
¿Es mucho? ¿Es poco? ¿Cuánto es un 10 % menos de azúcar o un 5 % menos de sal? Para saber qué suponen estas reducciones, lo más útil es pensarlas en productos concretos y en gramos y saber cuál es el contenido original. Aunque cada producto y cada fabricante parte de unos valores propios (no todas las patatas fritas llevan la misma cantidad de sal, ni todas las galletas tienen la misma cantidad de grasas saturadas), hacer una lista con ejemplos nos ayudará a comprender de qué niveles estamos hablando. Veamos algunos casos concretos y recordemos cuáles son las recomendaciones nutricionales con respecto a la ingesta de estos ingredientes.
Artículo publicado en Eroski Consumer.
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